Incendios forestales

Brigadistas nun incendio en Brión

¿Pero dónde se mete todo este personal que dicta cátedras cum laude sobre montes, incendios y reglas de 30, que nunca se les ve patear los montes?. Alguien aventuraba que la Administración no hacía nada en materia forestal. Cuan ingenuo, ¡anda que no hace nada!. ¡Si le parece poco el desbroce, nunca mejor dicho, de información realizado en prensa a raíz del incendio de Fornelos de Montes!.

Aún no hace mucho se reflejaba una noticia acerca del trágico incendio de Guadalajara del ¡2005!; aquí aún no llevamos una semana y poco más se lee que a los forofos de uno y otro lado aplaudiendo… los balones fuera. En Guadalajara, aquel verano, se quitaba un diputado la chaqueta para representar la comedia del ¡que te pego, leche!. Aquí, alguno está en la gatera, más bien por lo que no se le lee. No hay ministros que visiten féretros, ni medallas, ni banderas a media asta, ni cirios, ni flores que el viento lleve poco a poco sus pétalos. Sí un puñado de cerúleos rostros apurando los minutos cual si fueran cuentas de un rosario no sentido.

Hay quienes, con responsabilidad en la materia incluso, berrean terrorismo frente a los incendiarios, pero ¿las indemnizaciones que fije el juez tendrán ese terorismo en cuenta?. ¿Las nóminas de quienes trabajen en la extinción de incendios va a reflejar tal clasificación?. ¿Acaso van a llamar para trabajar a los brigadistas en el mes de junio, o incluso principios de julio, en lugar de diferir en el tiempo su contratación según el meteorólogo de turno vaticine o no lluvias?. La respuesta es la canción de Bob Dylan, Blowing in the Wind.

También hay quien menciona la palabra héroes, pero creo que habla por hablar. Y el conselleiro de Medio Rural y el delegado del Gobierno en Galicia aparecen en una romería militar en Santa Comba, ¡vivir para ver!.

¿Cuándo vamos a reflejar que quienes apagan los incendios son gente que huele a resina, a humo sobre humo, que tiene la cara tiznada por el hollín de los robles que se van y se mal lavan en un reguero o en un puñado de agua que los dedos atinan a conservar?. Gente como Julio y como Rodrigo, y como tantos otros que anónimamente murieron por defender lo que es de todos, lo que hace tierra, lo que trae agua. Gente que sabe lo que es pasar frío en las noches en que se apagan incendios y sudar el sudor que las llamas evaporan sin el reconocimiento de nadie. Y no como quienes se dedican a peregrinar por carreteras, como si todos los días fuese San Cristóbal, limpios los trajes y a extinguir incendios en las hojas de los periódicos. Viene a mi memoria repetitivamente el “¡lástima de bois!” que citaba un diputado hace ya más de 75 años cuando veo las motobombas y demás maquinaria sin usar mientras arde lo que es de todos.

Rodrigo y Julio, vuestros pasos marcan las huellas que sabremos seguir quienes tuvimos la fortuna de caminar a vuestro lado. Gracias a vosotros y a todos los brigadistas de incendios que luchan por defender lo que es de todos.

 

Manuel Vidal Figueira
Agente forestal
Arcade (Soutomaior)

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